Majestad,
Señoras y Señores Presidentes,
Señores Primeiros Ministros,
Señoras y Señores Ministros,
Ilustres Invitados,
Señoras y Señores,
A todos, queridos amigos, quiero dar la más calurosa bienvenida en nombre de Portugal y de los portugueses. Es con especial satisfacción que Portugal acoge esta XIX Cumbre Iberoamericana. Esperamos sinceramente, que se sientan entre nosotros como en su propia casa y que de aquí se lleven los mejores recuerdos.
Pasados dieciocho años, tengo bien presente la histórica Cumbre de Guadalajara en México en la que participé en calidad de Primer Ministro de mi país. Fue allí donde tomamos la decisión de crear la Conferencia Iberoamericana, definida como “un instrumento de unión y de promoción del desarrollo, basado en el diálogo, la cooperación y en la solidaridad entre los Pueblos”.
En el momento en que iniciamos nuestra XIX Cumbre, hay que valorar el largo camino que recorrimos desde entonces y lo mucho que hemos sabido alcanzar. La Conferencia Iberoamericana es hoy, una realidad viva que se afirma en múltiples estructuras de diálogo y de cooperación a los más diversos niveles de nuestras Administraciones, que implica a los Parlamentos y que moviliza a la sociedad civil.
Portugal, desde el principio, ha contribuido con todo su empeño para la promoción y consolidación del diálogo iberoamericano por haber reconocido siempre un valor estratégico. Un valor estratégico que cada día se hace más evidente.
Hoy es unánime el reconocimiento de que el mundo está enfrentado con retos de naturaleza eminentemente global. Como es incuestionable que las respuestas a eses retos, para ser eficaces, tendrán que ser, también ellas globales. Y no tendremos respuestas globales, con seguridad, sin diálogo y coordinación entre los Estados.
Una estructura como la Conferencia Iberoamericana representa, en este contexto, una nítida plusvalía para todos sus miembros. Es nuestro deber, en nombre del futuro que ambicionamos para nuestros pueblos, sacar pleno partido de su enorme potencial.
Señoras y Señores,
Nuestro objetivo común está claro: a través del diálogo, del intercambio de experiencias, de la coordinación de esfuerzos, de la articulación de posiciones y siempre que se justifique y sea posible, de acciones concertadas en la escena internacional, promover el bienestar y el desarrollo económico, social y cultural de nuestros pueblos.
La Conferencia Iberoamericana no habría nacido si no hubiera sido evidente, desde el principio, que existe una herencia histórica y cultural y un conjunto de valores en los que todos nos reconocemos. Pero jamás hubiera sobrevivido si no hubiéramos sabido asumir, con naturalidad, que esa matriz común convive con la diversidad que resulta de las circunstancias propias de cada uno de nuestros países.
Sabemos que las afinidades, por reales y profundas que sean, no siempre conducen a una uniformidad de posiciones, así como que coparticipar de ideales no es necesariamente sinónimo de adhesión incondicional a políticas semejantes. La Comunidad Iberoamericana respeta la diferencia, aprende y se enriquece con ella.
Pero también sabemos, que es de nuestro común interés valorar y sacar partido de todo aquello que nos une, que es mucho.
Durante las varias Cumbres en las que participé, fue siempre esta unidad en la diversidad que más me impresionó. Ella me ha permitido conocer mejor cada uno de los países que, con Portugal, comparten este espacio y sacar las lecciones que han marcado mi manera de mirar los asuntos y de entender los problemas con los que nos confrontamos.
Nuestra Comunidad es un espacio de todos, un espacio que reconoce en la participación plural de los agentes políticos y sociales, del medio académico y de la clase empresarial su gran riqueza.
De ello fueron ejemplos los Foros Parlamentario, Cívico, Municipal y Empresarial, así como todos los grupos e iniciativas que, a lo largo de este año, han debatido temas que marcaron nuestro tiempo y en particular, aquel que la Presidencia portuguesa ha elegido para su mandato: La Innovación y el Conocimiento.
La elección de la Innovación y el Conocimiento como tema de nuestra Presidencia refleja la importancia que poseen en la definición de cualquier política de desarrollo y el peso indiscutible que asumen en un mundo cada vez más interrelacionado y competitivo.
Un mundo que viene enfrentando una crisis económica y financiera con gravísimas consecuencias sociales y que sólo podrá ser verdaderamente superado si de ella sabemos extraer todas sus enseñanzas. Lo que implica que seamos capaces de encontrar un modelo de desarrollo que concilie la libertad, la democracia y la economía de mercado con una eficaz defensa de los valores éticos y una firme presencia de preocupaciones sociales. Un modelo de desarrollo que además, mire al Planeta con el respeto que nos impone la responsabilidad que todos tenemos ante las generaciones que han de venir.
Señoras y Señores,
Es con plena confianza en el futuro de nuestra Comunidad y en este espacio privilegiado de cooperación y diálogo entre Naciones que declaro abierta la XIX Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno Iberoamericanos.
© Presidência da República Portuguesa - ARQUIVO - Aníbal Cavaco Silva - 2006-2016
Acedeu ao arquivo da Página Oficial da Presidência da República entre 9 de março de 2006 e 9 de março de 2016.
Os conteúdos aqui disponíveis foram colocados na página durante aquele período de 10 anos, correspondente aos dois mandatos do Presidente da República Aníbal Cavaco Silva.